Publicado por Xavi Puig el 2 junio, 2011
Esta mañana, varios testigos han podido observar una nube con forma de
pene situada justo encima de la Santa Sede. Aunque al principio el
suceso ha sido tomado como una anécdota sin importancia, la acción del
viento ha ido estirando cada vez más el cúmulo, simulando claramente una
erección en tiempo real. Como el asunto empezaba a alarmar a la
ciudadanía, la Curia Vaticana ha decidido finalmente desalojar el
Vaticano hasta la desaparición de la nube.
Esta mañana, varios testigos han podido observar una nube con forma
de pene situada justo encima de la Santa Sede. Aunque al principio el
suceso ha sido tomado como una anécdota sin importancia, la acción del
viento ha ido estirando cada vez más el cúmulo, simulando claramente una
erección en tiempo real. El parecido era tan obvio y el asunto empezaba
a cobrar tanta relevancia entre la ciudadanía que la Curia Vaticana ha
decidido finalmente desalojar el Vaticano hasta la desaparición de la
nube recomendando a los fieles que se abstuvieran de mirar al cielo,
prohibiendo asimismo tomar fotografías del extraño fenómeno
meteorológico.
“No es una broma de Dios ni una acción del Diablo.
Se trata de una rara casualidad que nada significa”, aclaraba un
portavoz de la Santa Sede. “Si no tuviera importancia no hubieran
desalojado la zona. Nos están ocultando algo”, afirmaba un turista.
“Probablemente nos estén ocultando el glande”, añadía sarcásticamente un
periodista italiano que cubría el suceso en directo.
A causa del
desmedido interés levantado por la nube -muchos feligreses se han
desmayado al ver el cielo y han requerido asistencia médica-, el Papa
Benedicto XVI se ha dirigido a los fieles en un mensaje televisado
afirmando que “estamos en contacto directo con expertos meteorólogos que
nos han asegurado que esta nube no provocará lluvia”. Se alejaba así el
temor de muchos católicos, que imaginaban al enorme pene orinando o,
peor aún, eyaculando con abundancia encima de la Santa Sede.
A lo
largo de toda la mañana la famosa nube fálica se ha ido desplazando
lentamente hacia el este y se ha estirado hasta disiparse casi en su
totalidad sobre la una del mediodía. Las autoridades, que habían
acordonado la zona, han vuelto a permitir el acceso a las instalaciones
de la Santa Sede y la situación se ha normalizado aunque aún son muchos
los católicos que miran al cielo entre recelosos y expectantes.
Fuente: El Mundo Today