El actor tiene una escalofriante historia paranormal. Aquí todos los detalles.
SANTIAGO, junio.- A principios de la década de los 80, un jovencísimo Nicolas Cage se encontraba viviendo en la casa de su tío, el mismísimo director Francis Ford Coppola ya que éste quería ser actor y su tío se había ofrecido a ayudarle en los primeros pasos de su carrera.
Cage dormía en la buhardilla de la vivienda, en la que había habilitada una pequeña habitación para que éste durmiera. La casa era bastante antigua, y el ático muy ruidoso por el crujir de la madera del suelo y por los numerosos murciélagos que habían anidado en las cámaras de aire de los muros, que hacían bastante difícil para el actor poder conciliar el sueño.
Una de aquellas noches, nada más apagar la luz escuchó un sonido al que no estaba acostumbrado; como si unos dedos tanteasen el pomo de la puerta y lo hicieran girar lentamente. Al escuchar esto, encendió rápidamente la luz, y pudo comprobar que no eran imaginaciones suyas y que verdaderamente esto estaba sucediendo. Finalmente la puerta se abrió, y bajo el dintel pudo ver una silueta femenina. Lo primero que pensó fue que era su tía que había subido a darle las buenas noches, y de hecho éste le hizo el gesto, pero no obtuvo ninguna respuesta.
Aquella silueta extendió uno de sus brazos y comenzó a avanzar hacia él. Vio como la figura se deslizaba, sin ningún pie o piernas debajo de su ropa, sólo una larga cabellera negra que le tapaba la cara. Sólo pudo gritar y arrojar su almohada a esta visitante, que la atravesó limpiamente y comenzó a desvanecerse. Aquella misma noche, Nicolas Cage abandonó la casa de sus tíos sin atender a ruegos y peticiones y sin demora alguna.
Sin embargo esto no quedó ahí. Tal vez para vencer a sus fantasmas del pasado, hace pocos años, en 2007, el actor compró la “casa encantada” más célebre y reconocida de los Estados Unidos, la Mansión Lalaurie, en Nueva Orleans. Durante la época de la esclavitud, un médico cometió numerosas atrocidades contra los esclavos negros entre sus paredes, entre torturas, mutilaciones y disecciones sin anestesia, por lo que la mansión ganó la fama de que en su interior se escuchan voces y se ven sombras.
A pesar de ello y tras muchos intentos, ni el actor ni su familia han logrado pasar una sola noche en su interior. Nicolas Cage puso a la venta esta casa un año después de su compra, sin hacer ninguna declaración sobre su experiencia en el interior. A día de hoy, la casa sigue en venta.
Fuente: nosologeek.es