¿Existió?
EL CASO DE LA ENDEMONIADA DE SANTIAGO
Su nombre era Carmen Marín y vivió a finales del siglo XIX. Padecía de una enfermedad tan extraña que un médico español concluyó que estaba poseída por el diablo.
Por Jéssica Ramos V.
Extracto del informe del presbítero José Zisternas:
“la enferma se agitó horriblemente, levantó el pecho de un modo
extraordinario, formó un gran ruido con los líquidos que había en su
estómago y, cuando el evangelio iba en más de la mitad, tomó un aspecto
horripilante: dobló el cuerpo, abrió cuanto pudo la boca y los cabellos
se le erizaron. En una palabra no parecía humana. (…) al momento de
pronunciar las palabras et verbum caro factum est, el cuerpo de aquella
muchacha se descoyuntó, la agitación calmó súbitamente cambió de
inmediato la fisionomía, y dos minutos después de concluir el evangelio
hemos hablado con otra persona (…)"
SANTIAGO, septiembre 26.- Aunque parezca increíble, nosotros, los chilenos tuvimos a nuestra propia “Regan”, esa chica de la película “El Exorcista” que fue poseída por el diablo y que tanto sacerdotes como médicos, intentaron salvar de las garras de Lucifer.
Se trata de Carmen Marín y su caso conmocionó tanto al Chile de finales del siglo XIX, que fue apodada como “la endemoniada de Santiago” e incluso sirvió de inspiración a Braulio Arenas, quien años más tarde, usó su caso para escribir una novela.
¿Quién era y cómo llegó a ser catalogada como endemoniada? Para contestar estas preguntas contactamos a Hugo Zepeda, teólogo y especialista en fenómenos paranormales, quien nos entregó detalles de la historia de esta joven.
El caso
Carmen Marín fue una joven humilde que nació en Valparaíso y que de un momento a otro y sin mucha explicación, comenzó a ser afectada por alguna extraña y desconocida enfermedad que la llevaba a gritar de manera irracional diversas groserías y a convulsionar en su cama durante horas.
Ante esto, su hermano y madre, desesperados por su condición, la golpeaban, pensando que así quizás aminoraría su inexplicable estado. Pero eso tan sólo hizo empeorar la situación.
Fue así que finalmente su familia decidió llevarla a Santiago para que recibiera algún tratamiento médico. “Fue visitada por varios doctores que dieron distintos informes sin saber finalmente qué era lo que tenía”, relata Zepeda.
Durante este período y de vuelta en Valparaíso, sin saber aún qué le pasaba, Carmen trató de suicidarse, por lo que su familia decidió internarla en un hospital en Santiago para que fuera observada las 24 horas del día.
Fue en ese momento que un médico español llamado Benito Fernández decidió dar su diagnóstico: “El cuadro clínico de Carmen Marín a ninguno se parece tanto como al de una enfermedad demoníaca, ella está endemoniada”, sentenció según se indica en un informe médico de la época.
Las reacciones
El diagnóstico de este doctor no dejó indiferente a nadie. Y fueron varios los médicos y sacerdotes que examinaron a Carmen Marín para verificar si en verdad esta joven estaba poseída por Lucifer.
Uno de los doctores que dio una segunda opinión fue Manuel Antonio Carmona, uno de los precursores del psicoanálisis en Chile, que concluyó que la joven, originaria de Valparaíso, no estaba endemoniada, sino que padecía de “un cuadro histérico convulsivo de tercer grado”, lo que para él también podía ser traducido como “una rara manifestación de su alma”.
Ante este diagnóstico, los médicos de esa epoca, le aplicaron el único tratamiento que se conocía para tal cuadro: shock eléctrico. Sin embargo, nada parecía mejorar a Carmen, por lo que el doctor Carmona dio un segundo diagnóstico.
“Los síntomas (de Carmen) serían símbolos de apetencias amorosas y sexuales imposibilitadas de manifestarse abiertamente por miedo al sentimiento de pecado y de culpa”, asegura el doctor en un informe clínico preparado por él.
¿Y qué sucedió después?
Según los informes médicos de la época Carmen Marín nunca se mejoró de su estado. Pasó varios años internada en un hospital psiquiátrico rodeada de doctores que intentaron salvarla con diversos tratamientos.
Sin embargo, según cuenta Hugo Zepeda, en estos informes médicos se omite el hecho que a Carmen se le practicó un exorcismo y que luego de esto, “fue liberada”, tal como indica el teólogo. Pero lo cierto es que nunca más se supo de esta joven, cuyo caso conmocionó a nuestro país e hizo pensar en la posibilidad de que tal vez la posesión demoníaca podía darse.
¿Hay más casos en Chile?
De acuerdo a Zepeda los hay, sólo que en muchos casos los exorcismos se realizan con mucha discreción. Además, existe actualmente otro factor “hoy es difícil que se hagan, porque la Iglesia Católica es bastante estricta con las pruebas que pide, y está dispuesta a hacer de todo con tal de evitar un fraude o una equivocación”, aclara.
Pero en cualquier caso Zepeda asegura que hay ciertas señales que son indicadoras de que alguien está poseído por el diablo, entre ellas:
-Desarrollo de una fuerza inmensamente superior a la condición normal de una persona.
-Ser capaz de botar por la boca objetos extraños a la boca, tales como lapices, anteojos.
-Actuar contra la gravedad, es decir que pueda, por ejemplo, caminar por las murallas.
-Hablar en lenguas desconocidas, dialectos africanos, asiáticos.
-Hablar al revés de corrido.